Pablo Defazio y su experiencia en Tokio 2020
Pablo Defazio es deportista de vela, tiene 40 años y lleva más de 30 practicando este deporte y casi 20 en el alto rendimiento. Está casado con Mariana Foglia (ex alumna del DSM) y tienen dos hijas que concurren al Colegio.
Sobre sus comienzos, nos cuenta: “A los 9 años comencé a navegar en Optimist, la categoría de iniciación en la vela que se navega hasta los 15 años. En esta categoría me apasiono este deporte de la vela, el contacto con el mar, la oportunidad de aprender a tomar decisiones solo arriba de ese barco tan pequeño y además de todo competir. Tuve la oportunidad de representar a nuestro país en Sudamericanos y Mundiales en mis inicios del Optimist y esto me despertó el gusto por la competencia.”
Fue a los 21 años que comenzó a pensar y soñar en dedicarse profesionalmente al deporte. Luego de varios años de dedicación y horas de entrenamiento, se comenzaron a ver los frutos.
En el año 2008 comenzó su vida familiar junto a Mariana, que también es navegante y ha representado a nuestro país muchas veces internacionalmente.
¿Cómo llegaron a participar de los JJOO?
“En el 2012, cuando se estaban desarrollando los Juegos Olímpicos de Londres, con Mariana comenzamos a soñar en ir a uno. Lo que hacía especial a esos Juegos de Londres era que estaban sus dos hermanos, Alejando y Andrea. En ese año apareció una categoría mixta para los Juegos Olímpicos de Rio 2016 y fue ahí donde dijimos, ¡hagamos campaña olímpica! Ahí comenzó el sueño olímpico y después de 4 años de trabajo, logramos clasificar a los Juegos Olímpicos de Rio 2016 y cumplir el sueño de representar a nuestro país en el máximo evento del deporte.
Luego de Rio 2016 la historia continuo, y comenzó la campaña Olímpica hacia Tokio 2020, en esta oportunidad con Dominique Knuppel.”
Los 4 años de preparación y trabajo para llegar a los Juegos Olímpicos fueron arduos, y quedaron marcados por la pandemia del covid 19. Obtuvo la clasificación para Uruguay a Tokio en el año 2019 en los Juegos Panamericanos de Lima donde obtuvo el 4 puesto. Al respecto, Pablo afirma que “la preparación hacia Tokio, una vez clasificados, fue muy compleja porque todos los atletas tuvimos que re inventarnos y cambiar constantemente la planificación, lo que a veces puede ser difícil para la mente, ya que hay que mantener la motivación intacta. Siempre buscamos sacarle el lado bueno a estas situaciones, sacando lo positivo.”
El viaje a Tokio
“Esta competencia estuvo marcada por los protocolos, muchas restricciones, no se podía salir a ningún lado, horarios para las comidas, no se podía caminar fuera de los predios que estábamos nosotros para no correr riesgo de contagiarnos o contagiar a otros. Todos los días nos teníamos que hacer un test de covid. Para nuestro deporte, el público no es algo normal, entonces por ese lado el que no haya público no afecto el evento.”
La experiencia
“El momento más emotivo de los Juegos siempre es la ceremonia inaugural donde entras al estadio con todos los atletas uruguayos y con el pabellón delante flameando, ¡ese momento es único para cualquier atleta! Siempre lo destaco, en mis dos oportunidades olímpicas fue el momento más lindo por lejos. En lo deportivo, la experiencia siempre es positiva, uno como deportista se pone objetivos y en este caso puntual no pudimos cumplirlos, pero no por eso lo hace ser una mala experiencia. Si bien tuvimos momentos de frustración en algunas competencias supimos entender que los resultados son un reflejo de los 4 o 5 años previos. En el camino, que es largo, pudimos hacer muchas cosas pero otras no, y ahí es donde nos quedaron aprendizajes para tomar y poder aplicar en el futuro o en otras experiencias futuras.”
Algunas reflexiones para la vida y para quienes les guste el deporte
“El camino del deportista de alto rendimiento es largo y a nivel olímpico quizá un poco más, por eso es muy importante dar pasos de a poco y con tranquilidad. Van a tener muchos momentos de frustración, derrotas deportivas, poca motivación, estos son cosas que pueden pasar y pasan en el camino de un deportista, y en la vida también, y hay que aprender a trabajarlas y tener herramientas para pasarlas.”
Lo otro muy importante es el trabajo en equipo, cuando hablo de equipo es la gente a la cual la persona o atleta está rodeada. Comenzando por la familia y luego el equipo del que te rodees. Nosotros contábamos con nuestras familias que fueron un apoyo incondicional desde el día uno. Luego teníamos preparador físico, entrenador en el agua, nutricionista, kinesiólogo y psicóloga. Todo el trabajo de este equipo hacia posible que nosotros día a día continuemos con los entrenamientos y preparación. Es importante rodearse de gente que tenga sinergia y que uno se pueda sentir cómodo en el camino.
Por último, en el deporte olímpico hay tres valores fundamentales que el Movimiento Olímpico promueve y son aplicables a toda la vida: excelencia, respeto y amistad.”
¿Alguna reflexión personal a la que te invite tu carrera?
“Lo primero que hay que tener, para realizar algo, es ganas. Si uno tiene un sueño y tiene ganas de trabajar y pelear por eso, va a encontrar las formas en el camino de cumplirlo. Por otro lado les dejo dos valores que me enseño el deporte y los cuales fueron el pilar, en lo personal, Esfuerzo y superación, trabajando y luchando por lo que uno le gusta y quiere realizar. Considero que es aplicable para todos los ámbitos de la vida. Si buscan un sueño, sin importar el tamaño o lo que sea, luchen y trabajen por él. Y piensen que el camino no va a ser el más fácil, y en los puntos donde se torne más difícil, siempre ahí es donde se da el vuelco y se suben escalones y se sigue avanzando. Por lo menos así me lo ha enseñado el deporte, momentos donde uno se frustra y no se encuentra salida, ahí es donde hay que hacer una pausa y pensar, dar un tiempo y luego seguir por ese sueño. Las cosas siempre se aclaran si uno tiene las ganas de hacerlo.”
